miércoles, 4 de agosto de 2010

Cómo cocinar dos veces al mes


Cómo cocinar dos veces al mes
Cristina Macía
Ilustraciones de Carlos Cubeiro
Barcelona, 2010


De Cristina Macía tenemos algunos títulos:

*  Cocinar para uno mismo. Barcelona, 2004
* Cocina para llevar... al trabajo, al colegio  o de excursión. Barcelona, 2005
* Dame la lata. Barcelona, 2008
* Cómo cocinar dos veces al mes. Barcelona, 2010



Hoy presentamos:

Cómo cocinar dos veces al mes




Cristina Macía tiene ya muchos títulos publicados y la mayoría coinciden en el enfoque didáctico práctico de los contenidos. En el título que hoy presentamos, intenta ayudar al administrador de los fogones familiares, para que intente controlar la compleja -a pesar de que lo presenta fácil-  organización para conseguir planificar la preparación de los menús familiares de manera que la mayoría de los días podremos sentarnos a la mesa con un mínimo esfuerzo, pues nuestro menú estará ya dispuesto.

Intento muy loable, aunque consideramos que la tarea es compleja y requiere muy buena disposición, acompañada además de algunos conocimientos técnicos. Si seguimos atentamente las indicaciones -que son algunas- conseguiremos organizar esta especie de catering familiar

Índice


* Introducción




Seguro que más de una vez has preparado una ración doble de canelones, de croquetas o de salsa boloñesa, la mitad para consumir en el día siguiente. O mejor aún, has hecho dos fuentes de lasaña, una para la cena y otra para el congelador. En ambas situaciones el objetivo es el mismo: cocinar una sola vez para comer dos veces.

Pues bien, de eso va este libro, pero a lo grande: de cómo cocinar una sola vez y comer muchas, muchas veces. Toda la semana, Dos semanas. ¿Eres ambicioso? El mes entero. Porque es obvio que preparar ocho raciones de una receta no consume el doble de tiempo y esfuerzo que preparar cuatro.
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* Moby Dick



No todas las neveras del mundo tienen nombre. La mía sí solía tenerlo. Se llamaba Moby Dick, y con razón: era una gran ballena blanca que todo lo engullía, y en sus entrañas, los temibles días en que tocaba descongelarla podías encontrar casi cualquier cosa. Casi cualquier cosa, para más inri, inidentificable.

Tu nevera y tu congelador también se pueden convertir en agujeros negros similares si no tomas unas mínimas precauciones a la hora de alimentarlos. De echarles comida dentro, vamos. Sí, ahora te resulta de lo más evidente que ese paquete de papel de aluminio contiene dos muslos de pollo, pero créeme, dentro de unas semanas, y ni siquiera tanto tiempo como piensas, sólo será un bulto informe extremadamente duro y de contenido misterioso.

Ordenar y etiquetar correctamente todo lo que entra en tu congelador es vital. No te conviene en absoluto pasarte un día entero en la cocina y, a la hora de la verdad, cuando toque rentabilizar tanto esfuerzo, no saber qué platos tienes preparados, o cuantas raciones tiene cada uno, o cómo tienes que descongelarlos.
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* Elección de recetas para tu plan




En este libro encontrarás unos cuantos "planes" para abastecer tu congelador para quince días, con las recetas debidamente combinadas y calculadas en su mayoría para cuatro raciones. Pero es poco probable que esos planes encajen a la perfección con tus gustos y preferencias, o con las necesidades de tu familia, así que lo más natural es que tarde o temprano empieces a elaborar los tuyos propios.

Un consejo cuando lo hagas: toma notas. ¡Toma notas de todo! Si el plan te sale bien, querrás repetirlo, y no tienes por qué empezar todo el trabajo desde cero. Por ejemplo, puede que te sirva la misma lista de la compra, y créeme, tenerla ya hecha es un gran ahorro de tiempo. Si en cambio no te ha salido perfecto y hay cosas que te gustaría corregir para la próxima vez, tus notas cumplirán ese cometido mucho mejor que la memoria. ¿Por qué cometer los mismos errores... habiendo tantos nuevos a los que podemos enfrentarnos?
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* La lista de la compra
* Antes de empezar


PLANES
* Miniplán para empezar
* Otro miniplán, más variado
* Un plan completo y variado
* Plan con pollo
* Plan con carne picada
* Días de frío
* Plan para días de calor
* Plan ligero

¿Tu familia ha declarado la guerra a la báscula? ¿Sobran unos kilitos después del invierno, excesos de Navidad incluidos? ¿O simplemente queréis comidas más ligeras?

Los platos de este plan son ideales para eso, sobre todo si los planteas como cenas. Para completarlos, recurre a las socorridas ensaladas, pero huye de los aliños más cremosos y los frutos secos, que son mucho más calóricos de lo que aparentan. Si preparas salsas para alguno de estos platos, considera la posibilidad de aligerar las versiones más tradicionales.

Por ejemplo, cierto es que al Pastel de arroz y salmón le va de maravilla una mahonesa, pero la mahonesa mezclada a partes iguales con yogur natural desnatado también es deliciosa. Aplica el mismo truco a cualquier plato que pida esta salsa.

1. PASTEL FRÍO DE ARROZ Y SALMÓN
2. PAVO A LA NARANJA
3. LOMO DE CERDO A LA MOSTAZA
4. FETUCCINI CON JAMÓN Y ESPÁRRAGOS
5. ESCALOPINES DE POLLO AL LIMÓN
6. MERLUZA BORRACHA
7. PAVO CALDOSO CON JUDÍAS
8. LASAÑA LIGERA
9. SALMÓN CON CREMA DE QUESO
10. PESCADO "FRITO" AL HORNO


1/2 kg de filetes de lenguado, u otro pescado similar
3 cucharadas de mahonesa light
2 cucharadas de semillas de sésamo
Pan rallado
Sal y pimienta
Para congelar: una bolsa


Limpia bien el pescado, sécalo con papel de cocina y córtalo en tiras de tamaño regular. Pon la mahonesa en un cuenco y bátela con un tenedor para que quede cremosa. Pon en otro cuenco pan rallado, añade las semillas de sésamo y condimenta con sal y pimienta. Mezcla bien.

Prepara una bandeja que pueda ir al horno. Pasa una tira de pescado por la mahonesa, sacúdela para quitar el exceso, y pásala luego por la mezcla de pan rallado. Deposítala en la bandeja y procede de la misma manera con el resto del pescado. Introduce la bandeja en el congelador, y déjala ahí hasta que el pescado rebozado esté bien firme.

Transfiérelo a una bolsa, cierra, etiqueta y devuelve al congelador.

Para servir:

Saca del congelador la cantidad de pescado que vayas a utilizar.

Pon las tiras en una fuente untaza con aceite, y deja a temperatura ambiente un par de horas (o en la nevera desde la noche anterior).

Introduce en el horno precalentado a 220 º C durante 15 minutos, o hasta que el pescado esté hecho por dentro y dorado por fuera.



11. MERLUZA AL ESTRAGÓN 
12. LENGUADO CON SALSA



* Plan para niños
* De la nevera al microondas


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El etiquetado es fundamental para todo aquello que vaya a entrar en el congelador (acuérdate de que tu electrodoméstico es una gigantesca ballena blanca que engulle para siempre todo lo que no vaya identificado), pero, en planes como el que se detalla a continuación la importancia es aún mayor.

Es poco probable que un cónyuge poco habituado a la cocina sepa qué hacer con un bloque en forma de ladrillo etiquetado simplemente como "Pastel de macarrones", o que tu hijo mayor (el pequeño suele ser más espabilado) sepa que no está de más darle una vueltecita a la Carne guisada a la cerveza, por muchas vueltas que esté dando ya el plato del microondas.

Así que asegúrate de escribir instrucciones detalladas para el recalentamiento, ¡y hazlo con un rotulador indeleble! Luego sujétalas al plato en cuestión con una banda elástica.

Y reza para que se acuerden de sacarlo del congelador la noche anterior.
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* Un plan vegetariano
* Salsa para pastas, arroces, etc.
* Las imprescindibles ensaladas
* Recetas básicas
* Índice de recetas



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