domingo, 6 de junio de 2010

El Recetario de mi vida





El Recetario de mi Vida
Recetas de Águeda Mata Torres
Compiladas por Rosa María Seco
Ciudad de México, 2008



El mes pasado, Rosa María Seco, nos contactó en el blog y nos habló de su libro El Recetario de mi Vida, y enseguida nos pusimos en movimiento para conseguirlo, con la intención de presentarlo en Libroscocina. Gracias a Amazon.com, tenemos el ejemplar del que intentaremos copiar algunos detalles, pues, en realidad, se trata de la historia del exilio de Águeda Mata Torres, que la sitúa en el año 40 en Narbona, y en el 42 zarpaba desde Casablanca rumbo a México.


Rosa, su hija -nacida ya en México- ha escrito el relato de la protagonista, y nos ha hecho partícipes de los recuerdos de su madre.

Las recetas, son en realidad fruto de la nostalgia y, en su mayoría, se trata de condumios de supervivencia, lo cual no implica falta de apreciación sensorial. Generalmente, es en estas ocasiones cuando el paladar suele magnificar los sabores.


MI RECETARIO



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Nadie se asombre de que mis memorias no sean más que un simple recetario gastronómico y que no por ello dejen de ser un testimonio de un siglo, el siglo XX, lleno de avances y retrocesos.

Me tocó vivir, desde mi trinchera –la cocina- una guerra cruenta entre hermanos, huir a salto de mata, perder patria y familia, vivir la angustia de los
prolegómenos de una nueva contienda bélica mundial, sufrir un exilio y salir salva de este periplo para volver a construir otra vida a partir de la nada.

No reclamé condecoraciones ni honores por mi valentía, mi entereza, mi entrega; simplemente ahí estuve, al igual que tantas amas de casa que forman el más digno de los regimientos.
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¡CON EL HAMBRE QUE PASAMOS EN LA GUERRA!...

MENÚ

EL ENTREMÉS
La vida antes de la guerra...



La autora nos cuenta su vida que transcurría en la capital del Somontano...
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Pronto se me hizo fama de gourmet, a la cual contribuyó mi marido que con
frecuencia venía a comer y cenar acompañado de amigos a los cuales quería agasajar con mi cocina.

En esas épocas se comía mucho porque estar gordo era sinónimo de salud, sobre todo en los niños. Aunque el desayuno era medido, hacíamos dos comidas fuertes: al mediodía y en la noche.

Mis especialidades en esos años eran la paella con conejo, la menestra y el cordero.

La menestra la preparaba en un santiamén: cocía por separado alcachofas, espárragos, judías verdes, guisantes, zanahorias y habas. Una vez cocidas, las mezclaba con cuidado y les agregaba, para que sudaran un poco a fuego lento antes de servir, ajo, cebolla y trocitos de jamón fritos con un poco de aceite al que le había sumado una taza de tomate frito y un poco de caldo.

La menestra se hace de maneras diferentes dependiendo de las regiones; ésta es, desde luego, la menestra aragonesa.
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EL APERITIVO
Los prolegómenos de la guerra...

EL PRIMER PLATO
La guerra y la vida en Francia...

EL PLATO FUERTE
El exilio...



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Antes de desembarcar, por los corredores del barco había un rumor creciente: “Nos han venido a recibir hasta las tortilleras”.

Y en efecto, una gran manta, cargada por mujeres de todas las edades, anunciaba. “Las tortilleras de Veracruz le dan la más calurosa bienvenida a los refugiados españoles”.

El término tortillera en España se usaba para referirse groseramente a las lesbianas; en México se refiere a las personas que hacen tortas de maíz, equivalentes al pan de trigo....

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En una de las Fallas decidí concursar con una paella y saqué el segundo lugar. Me ganó el cómico Cantinflas que concursó asesorado por un chef profesional con una paellera para cincuenta gentes.

Mi participación fue más modesta pero no menos buena. Todo el mundo me dijo que mi paella tenía mejor sabor. Hube de conformarme con eso.
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EL POSTRE
Turistas españoles en España...


EL CAFÉ
La otra despedida...


LOS DIGESTIVOS
Soledad en compañía...




- Ma, no sé con qué acompañar el huachinango al horno. ¿Cómo quedarían unas papas, de las pequeñas, cocidas y salteadas en aceite con ajo y perejil?
- Creo que van bien, pero me parece que para potenciar el sabor del pescado se necesitaría algo más chispeante; por ejemplo, una gelatina de pepino. Hay que buscar siempre que el acompañamiento, a la vez que tenga sabor propio, es decir, que se note que está ahí, no interfiera con los sabores, olores y colores de su pareja - aunque les dé realce.

Este consejo se aplica en la culinaria y, acuérdate, también en el matrimonio.

GELATINA DE PEPINO
Receta de doña Conchita, mamá de Sarita Gamboa:

Para un molde grande necesitas tres pepinos, un paquete grande de gelatina
de limón verde, ¼ de crema, ¼ de mayonesa (de la que venden en el
supermercado) y 100 gramos de nueces.

La gelatina se disuelve en una taza de agua hirviendo, se agrega la crema, la mayonesa, las nueces picadas y, por último, el pepino cortado en pequeños cubos, habiéndole quitado la parte central con las pepitas.

Se deja en el refrigerador hasta que quede bien cuajada. Es fresca para la época de calor y se puede servir también con carne. Una ventaja más, no está muy vista.
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Tengo noventa años, cinco nietos y ocho bisnietos en México y tres nietos y dos bisnietos en España. En las navidades nos juntamos la familia de México y somos, conmigo, veintiún almas. ¡Cómo ha crecido la familia! Aquellas navidades en que estábamos mi hija Feli, mi marido y yo, recién llegados a México, han pasado a la historia.
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LA REPOSTERÍA
Mi patria y los amigos...




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Me encantan las mujeres jóvenes modernas, tan dueñas de sí mismas. Me encanta que puedan decidir cuándo tener el hijo que desean; me encanta que haya mujeres arquitectas, biólogas, veterinarias, geógrafas, astronautas, artistas. Me encanta que sean dueñas de sus cuerpos y de sus mentes; que no dejen que las sojuzguen. Me encanta que sean rebeldes. Me encantaría volver a nacer y ser una de ellas.
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2 comentarios:

  1. Pero que muy interesante este libro! Gracias por presentarlo!!
    Abrazos! Maria Paz

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  2. Amiga Mari Paz:
    Sabía que sentirías curiosidad por el libro en cuanto lo vieras. Lo tengo en PDF -gentileza de Rosa María- por lo que te lo puedo enviar a tu dirección, si te interesa.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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